domingo, febrero 26

Psicopatología de mi mudanza

Pensamientos sueltos que se me pasaron por la cabeza a lo largo del proceso de mudanza:

Situación 1: Jueves a la mañana, me siento a guardar todas mi posesiones materiales en bolsos, mochilas y bolsos como para transportarlas.
Yo pienso: Sin duda alguna, tengo demasiadas cosas. 

Situación 2: En algún momento había barajado la idea de ir a mi casa nueva en subte con algún amigo buena onda que me acompañe. A medida que la pila de bolsos empezó a crecer desmesuradamente, me fui dando cuenta que esto iba a ser imposible. Para colmo, me fui enterando que todos mis amigos este fin de semana se fueron de viaje. Todos, de todos los grupos distintos, cada uno por su lado. Entonces resuelvo arreglármelas sola y pedir un taxi - obviamente, cuando llamo aclaro que tiene que ser grande porque cargo con mucho equipaje. A los 15 minutos me tocan el timbre, abro la puerta: ¡me mandaron una combi! Cargamos todo al baúl y nos ponemos en camino, los ocho asientos para los ocho posibles pasajeros vacío.
Yo pienso: ¡qué sola estoy!

Situación 3: Finalmente, llego al cuarto nuevo, logro subir las cosas por el ascensor con la ayuda de un pobre postman que justo tuvo que entrar al edificio en ese momento y se vio obligado a colaborarme. Tras muchos viajes de ida y vuelta, finalmente tengo todos mis bultos en mi mini cuarto de 4x4... me quedo mirando a mi alrededor totalmente agobiada.
Yo pienso: No hay forma que todo esto entre en los tres cajoncitos que me dieron. Quizás no desempaco nada y me pongo YA a buscar un cuarto mas grande. Posta. 


Situación 4: Varias horas mas tarde, guardo la última valija vacía abajo de la cama. Usando medidas ingeniosas y de vanguardia - como ser las remeras enrolladas en un cajón - ¡logré que todo me entre! Y hasta me quedó un cajón vacío que usaré como el indispensable "cajón de chucherías".
Yo pienso: definitivamente, soy grosa. Me auto-consagro como reina de las empacadoras y mudadoras. Y encima, mi cuarto quedó divino, divinísimo!


Situación 5: Ya terminada la ardua tarea y sintiéndome un poco enajenada en casa de desconocidos, muero por ir a cervecear con alguno de mis amigos como para sentirme que pertenezco en algún lado, pero, como ellos no están me voy a pasear sola y termino en el super comprando provisiones.
Yo pienso: hay algo inmensamente satisfactorio en esta libertad de elegir que quiero comer y cuándo. Esto debe ser ser independiente. Vamos a ver cuánto nos dura la novedad.


Situación 6: Cada vez que re-entro a mi cuarto me doy cuenta que tiene un olor afridulce muy particular y no logro descifrarlo.
Yo pienso: ojala que nunca, nadie, nunca piense que ese olor es responsabilidad mia. ¿cómo cornooo lo saco?

Situación 7: Me voy a bañar por primera vez en mi casa nueva y me encuentro con.. em ... pelos... ajenos.... muchos, de todos los largos y formas posibles.
Yo pienso: quiero llorar. o vomitar. o las dos cosas.

Situación 8: Primer noche en mi cuarto nuevo.
Yo pienso: Bueno, aca estoy. Lo logré. Mi cuarto me encantá, mi barrio me encanta. Ahora sólo falta lograr que me sienta como en casa. Esto no termina de encajar en mi concepto de independencia, pero es un paso en la dirección correcta. Me siento un poco como la anti-cenicienta. Pasé de vivir en un castillo con todos los lujos a un cuasi ático donde tengo que limpiar y cocinar. Llamemoslo vida bohemia.... ¡y a disfrutarla!

Without further ado, mi nuevo cuarto oloriento, chuleta less, pero enormemente mio!



miércoles, febrero 15

And the winner is...

Con la publicación de "Chau Chuletas", damos por finalizado el Primer Concurso Oficial Internacional del blog Kundalondon. Y con 25 intentos y un récord de tráfico en dos días lo podemos proclamar un éxito rotundo.


Obviamente, la única perdedora soy yo que tengo que despedirme de las chuletas. Lo que significa que son todos ganadores! ¡Yay! ¡Felicitaciones! Todos se ganaron una suscripción anual gratuita a Kundalondon. Sigan entrando a este link, prometo escribir y no cobrarles.


Menciones especiales:

  • Guada_anaya por visionariame mandó al gimnasio, casi que me ofendería salvo que predijo un proyecto concreto.
  • Cris Morena por inventiva - le empecé a decir chuletitas a las chiquitas desde que leí tu comment.
  • Flower Power por aplicado- o es mejicano (o de donde sea que se le dice chuletas a los machetes) o hizo su investigación antes de responder. 
  • Hookdump por cercanía - no me hago vegetariana, me obligan. (Lamentablemnte, no fue lo suficientemente cerca para ganarte el vuelo que de todas formas no te podías ganar)
  • Josefina por el esfuerzo - bravo a sus sus múltiples e ingeniosos intentos.(mi preferido: "te despedis de la carne de cerdo... que te cae muy mal...." lo leo y se me cae un lagrimón)
  • Lentini por creatividad - de alguna me relacionó con un perro ficcional de dibujitos animados que no veo hace como 10 años.
  • Rochi por escueta: sólo tres palabras.
  • Titi por proyectar psicolocura: ¿en serio alguien le pone nombre a sus botas? y acaso no sabés que podés mantener los amigos imaginarios cuándo te hacés amigos de personas relaes? ¿e?
  • Flopy: nada, a mi también me hubiese dado mucha lástima
  • Carlitos por negador: estoy en Londressssssss, aca se habla inglés!!! (Pero ya pongamos algún local en algún lugar que se llame Chau Chuletas, porfa!))

¡Gracias a todos!

Disfruten su premio! (y sus chuletas. snif)

Chau Chuletas

El domingo fui con sentimientos encontrados a firmar el contrato de mi nuevo cuarto.  Por un lado, es lindo, limpio, dentro del presupuesto, cerca del trabajo, en la zona mas juvenil, en el londres céntrico, a dos cuadras de todas las líneas del tube, con living, cocina amplia y hasta balcón, en un lindo barrio y, francamente, de lo mejorcito que he visto. Lo malo es que le falta esa calidez hogareña... y mi cuarto es un poco chico.


Cuestión, caigo a las 5 a mi nueva casa a encontrarme con mi compañero de cuarto/landlord. Lo saludo amablemente y él me da el contrato. Yo me quedo helada. Resulta que el contrato venía con una serie de reglas:


1) Hay que mantener el cuarto limpio y ordenado- Regla básica de convivencia. La apruebo. No es mi fuerte particularmente, pero banco la idea de vivir en un lugar ordenado.


2) Los invitados no se pueden quedar a dormir- esto ya me molestó un poco mas. No tengo planeado recibir invitados este año y el cuarto es chico asi que la logística se complicaría. Pero...  ¿Qué onda? Si en todos los cuartos de Londres entienden que a uno de vez en cuando lo vienen a visitar, ¿por qué aca me lo prohiben? Con lo que a mi me molestan que me digan lo que no puedo hacer.


3) Solo se puede beber alcohol en la habitación.- ahora, yo no soy alcohólica ni mucho menos, pero me están robando la imágen que simboliza la independencia: llegar del trabajo agotada y servirse una copa de vino mientras cocinás. Conste, no creo que lo haga muy seguido... pero si alguna vez se me antoja, ¿qué pasa ahí eee? Cocinarme con jugo es un bajón y comer en el cuarto es mas deprimente todavía. No me priven de la posibilidad de esa experiencia. No es justo.


4) La carne de cerdo está prohibida en todo el departamento. ¡¿qué hubooooooooooo?! ¿qué está pasando? ¿estamos todos locos? Aca pongo el límite. Repito, no tengo ninguna preferencia con la carne de cerdo y puedo pasar semanas sin comerlo (más ahora que me tengo que cocinar todo lo que como) pero... ¡no me quiten la opción! No me quiten las chuletas. Ay no... el jamón. ¿El jamón es de cerdo no? ¿Saben lo que significa esto no? Me están poniendo un enorme obstáculo a mi ya bastante limitada capacidad culinaria. Pero eso no es lo que me indigna, porque aprenderé recetas nuevas y demás. Pero, ¿de donde nace este problema bizarro anti-puerco? Obviamente no son fanáticos de PETA ni tienen un fetiche por Miss Piggy ni de un nostálgico enternecimiento por Babe. Anti-puerco y anti-alcohol significa una sola cosa: aparentemente mi landlord/roomate es musulmán (me llaman Nancy Drew, gracias... El hecho de que se llama Abdul también fue una pista valiosa). Yo no tengo ningún problema con los musulmanes (salvo que mi madre me prohibe enamorarme de uno), pero, loco, es tu religión, tus creencias, y me parece a que a tu Dios sólo le importa si las cumplís vos. Ahora qué, ¿me van a obligar a usar Burqua dentro de la casa? ¿Tengo que despertarme a las 5 de la mañana para que recemos todos juntos en comunidad? Si vas a estar tan pretencioso alquila tu cuarto a otros musulmanes y dejame a mi con mi cochinillo en paz.


Claramente, cancelar el contrato por un cacho de carne no me pareció justificable. Asi que puse mi firma, pagué el depósito y me fui con mas incertidumbres de con las que entré.


Chau chuletas. Fue lindísimo haberlas conocido.

lunes, febrero 13

Kunda Contest

Doy por inaugurado el Primer Concurso Oficial Internacional del blog Kundalondon.

La consigna es la siguiente. En breve voy a publicar un post que se va a llamar "Chau Chuletas". Ustedes tienen que adivinar por qué se va a llamar asi.

Asi de simple.

Dejen volar su imaginación. No hay límite a la cantidad de propuestas. Tienen tiempo hasta la noche de San Valentín.

Te podes ganar:
- Un suscripción gratuita a Kundalondon por 6 meses.
- Una felicitación pública en Kundalondon, tuiter, Facebook y.. quién sabe, quizás en la tele de parte de  Sergio Lapegue.
- Unas chuletas.
- Un vuelo a Europa para visitarme con la posibilidad de ser autor invitado de Kundalondon* (este premio sólo aplica a Madre hay una sola, Papa, Titi, Florence, Pepe, Maxi y La Nani)

--------

Actualización:
- Post "Chaus Chuletas" publicado.
- Ganadores del Kunda Contest


domingo, febrero 12

Flathunting

Este año volví a activar mi búsqueda lugar donde vivir. En un momento existía la ilusión de compartir departamento con mi amiga Audrey, pero por distintos motivos eso decayó, así que estuve buscando sola. Y cuando digo "sola", entiéndase: un cuarto (para mi sola) en una casa compartida. Este sistema es común en estos pagos y absolutamente necesario ya que sólo en un cuarto se me va mi sueldo entero. Tras unas semanas de búsqueda, tengo que retomar la analogía que usaba un año atrás, buscar casa es más difícil que buscar novio.

Cuando uno busca casa, me atrevo a generalizar, busca mas que la definición de casa que da el diccionario, que supongo dirá algo relacionado con la idea de una construcción donde uno hace residencia, o algo por el estilo.

Cuando uno busca casa, uno busca un proyecto. Uno va a ver un cuarto y se imagina todos los posibles futuros que puede tener en ese cuarto. Uno proyecta toda su vida (o hasta cierto plazo), y, según el cuarto, según la casa, ese proyecto toma distintos colores y dimensiones.

Cuando uno busca casa, uno busca independencia. Un espacio propio, que le pertenece solo a uno y puede hacer en el lo que quiera.

Cuando uno busca casa, busca un hogar. Un refugio, un santuario, un espacio sagrado donde puede recuperarse de los días malos, celebrar los días buenos y planear nuevos proyectos. Un rincón en el mundo que -como es tuyo- hace que la lejanía sea menos grave. Un lugar donde uno puede - simple y llanamente -  ser uno. Al final al cabo, eso es un hogar, ¿no?

Con sensaciones encontradas puedo anunciar oficialmente que he encontrado casa. Todavía no sé si es un hogar.

Palabra clave: todavía.

Vamos a ponerle actitud a esta nueva etapa.

martes, febrero 7

Bajo Cero

Me venía haciendo la canchera. Ya estaba convencida que ni el invierno inglés podía conmigo. Es mas, una de mis conclusiones de este año es que eso del Londres Gris no es mas que un mito sostenido a lo largo de la historia por alguna maléfica razón.


Mi primer encuentro con el invierno inglés fue el febrero pasado. Yo estaba recién llegada a Londres... y me había venido preparada. La primera vez que salí a la calle salí con medias can can, medias de lana, pantalón abrigado, botas, camiseta, mega sweater, montgomery, guantes, bufandas, todo. Estaba lista para enfrentar el invierno londinense (o de Siberia). Mi disfraz invernal me duró dos días y lo dejé de considerar necesario. Sí, había algún que otro día más fresco, pero claramente toda la humanidad que pasó por Londres antes que yo eran o exagerados o debiluchos. Y antes que nos diéramos cuenta se hizo primavera y el sol brillaba. Primer batalla ganada. Viva yo.


Vino el verano, pasó el otoño y medida que se acercaba fin de año me permití preocuparme nuevamente por el frío que se avecinaba. Las malas lenguas decían que noviembre era siempre el peor mes y aunque había ganado la primer batalla y ahora estaba más preparada que nunca con mis botas abrigadas y cancherísimas que me compró mi mamá, una nueva colección de sombreros y la la motivación que si sobrevivía noviembre me esperaba calor, playa y una navidad porteña, todos sabemos que nunca hay que subestimar a un enemigo. Pero nuevamente, gané la batalla. Creo que sin siquiera un rasguño memorable.


Listo. Ya está. Pasó noviembre, fui a Argentina, y volvía y era febrero. Y febrero- lo sé ya por experiencia - no es tan grave. Basicamente el invierno había terminado y prácticamente me podía dar por vencedora una vez mas... Salvo que no. Como buena enemiga, espero a agarrarme desprevenida. La jugó calladita y justo cuando estaba por cantar victoria me atacó sin piedad con una seguidilla de días bajo cero de los que ni un siberiano sale aireoso. (y tengo a mi padre de testigo).


Pero de tan mala que fue le salió mal. El sábado a la noche, tras juntarme con mi amiga francesa Audrey, huía despavoridamente a casa para refugiarme y noto que ese frío violento, penetrante, agresivo y fusilante se transforma y deja de pegarnos para regalarnos una suave, silenciosa, mágica nevada que cubrío la ciudad toda la noche.


Y todos dejamos nuestro andar concentrado y veloz para tomarnos un ratito y jugar en la nieve.