sábado, junio 30

Cumpleaños a la española

Conste que superar un cumpleaños en Grecia, con titi, florence y rochi, y chocotorta sorpresa incluída no es una tarea fácil. Y yo soy de expectativas altas, especialmente cuandon se trata de mi cumpleaños.

Pero cuando me enteré que ninguno de mis amigos iban a estar en Londres el fin de semana de mi cumple, el problema ya no era tanto cómo hacer que mi cumpleaños 27 sean tan memorable como el 26... Sino cómo evitar que fuera una depresión absoluta y no me la pase encerrada en mi intento de hogar haciendo maraton de "how I met your mother" (programa mas que válido para cualquier otro dia de la semana, pero no para mi cumpleaños, y no cuando mi cumpleaños cae viernes y no cuando amo esos dos días al año cuándo puedo ser estrella absoluta)

Pero por suerte tengo a mi gran amiga tibu que se prendió enseguida cuando le propuse una escapada.

Y por suerte tengo a mis padres que me regalaron esa escapada.

Y por suerte tengo a España cerca, con su sol, su idioma, su tinte hogareño y esa inexplicable cualidad que atrae a los cumplañeros y no los defrauda. He festejado a Magdu, Nani y Dadi en españa, lo que significa que tuve mas cumpleaños ahí que en Londres.

Asi que alquilamos un auto y recorrimos de Santander a Sabtiago de Compostela. Mucho auto, atardeceres, cañas, mariscos, y algunos hechos no convencionales como pasar la noche en el estacionamiento.


Fue un cumpleaños atípico. El festejo pasado- compartido entre Grecia y Londres- fue un trasladar mi candivismo a este lado del océano y de alguna manera mantuve esa tradición de hacer múltiples festejos y sentirme muy reina por un día. Este cumpleaños fue con mi amiga Tibu y yo, sin internet -asi que con poco contacto con los saludos facebukianos del mundo argentino- y sin siquiera torta o velitas. Digamos que fue un fiel reflejo de mi vida actual. La madurez de los 27 reflejada en la insisitencia por buenos lugares para comer, la necesidad de descansar lo suficiente, la planificación previa... y nuestra aferración a la juventud demostrada en nuestra constánte búsqueda de aventura y nuestra obstinación por, por lo menos una vez en el viaje, romper con esas mismas sensatesez recién mencionadas.  


En algún momento dejé de vivir mi vida londinense como una extención de la porteña, la acepté tal como era, sin la multitud de amigos y sin la coronita todo el día, pero siempre acompañada, y esa multitud de amigos/familia - quizás no esta para ayudarme a soplar las velitas- pero siempre se hace MUY presente.



La prueba de la madurez. No pregunten.

viernes, junio 8

Varada


Resulta que irme de Londres se me esta complicando un poco.

Por un lado estan los lazos emocionales que supe formar en este tiempo y me da tristeza dejar atrás: esos grandes amigos, esas pequeñas rutinas y esos rincones londinenses que en mi mundo eran solo mios. Después esta la durísiman realización de que al terminarse mi tiempo en Londres concluye también no sólo uno de mis sueños, sino la zanahoria que me mantuvo en movimiento durante varios años. Por último, cuesta esa realización de que este es el momento clave de mi vida y es una desición que va a afectar mi futuro. Creo que lo llaman madurar, me refiero a ese saber que ahora, en este momento, que tengo (casi) todo para quedarme y (casi) todo para volver, al elegir uno de los dos caminos estoy basicamente -y exageración mediante- decidiendo como vivir el transcurso de mi vida, en que contexto politico-economico armar mi carrera, en que idioma formar mis ideas, con que paisaje decorar mi cotideaneidad, bajo que cultura criar a mi hijos (aclaré que era exageración mediante). 

Asi que sí, cuesta. Y mientras tanto, me siento en un limbo y no puedo evitar imaginarme mis futuros alternativos y mis pasados alternativos.

Pero mas alla de todo eso, lo que mas me dificulta el retorno, el factor mas influyente que mas esta complicando este proceso es nada mas ni nada menos que la imposibilodad de conseguir un pasaje de regreso.

El casamiento de Magdu me puso un deadline. El 23 de agosto tengo que estar alla. Y en todo agosto el costo de cambiar mi pasaje es casi igual a comprarne uno nuevo.

Asi es, la gran isla de Gran Bretaña se ha convertido en esa isla desierta de donde el náufrago no puede escapar. Estoy atrapada, sin salida, condenada a quedarme aca por los siglos de los siglos...


Y lo peor es que desde que me prohibieron la salida, cada vez tengo mas ganas de irme a casa.

martes, junio 5

De Paso VI

Cuando Dadi, una amiga de Magdu (que yo había conocido en Madrid), me contó que venía a pasar unos días a Londres enseguida me preparé para hacerle el habitual "Candus tour". Un poco por la ya nombrada ley de "cariño por extensión", un poco porque no me canso de recorrer Londres y un poco porque es mucho mas divertida recorrerla con alguien.

Lo mejor fue que a pesar de llevarla a los mismos lugares donde ya estuve varias veces, en cada lugar desubrí un algo nuevo.


Fuimos a comer a Leicester Square y nos encontramos con la alfombra roja de algún estreno. 

Fuimos a Buckingham Palace y nos encontramos con toda la guardia en acción.


Fuimos a bailar y nos encontramos con jueguitos en el boliche...

Fuimos a Hyde Park y nos encontramos con Peter Pan...

Y Finalmente encontré la perspectiva perfecta para sacarle una foto a todo el Parlamento.