miércoles, noviembre 30

Sobre dilemas e impresiones


Trabajo nuevo, perspectivas nuevas, dilemas nuevos.


Impresión 1: ya entiendo porque Inglaterra es potencia mundial. Nunca vi gente tan eficiente trabajando. Llegan, se sientan frente a la computadora y 7.5 horas mas tarde se paran y se van. La mayoria almuerza frente al escritorio o en una reunión. No hay chistes, no hay música, no hay 'break en el deck', no hay facebook, gmail ni chat. Básicamente, no hay diálogos improductivos (salvo algún que otro comentario sobre el clima y las preguntas polite sobre tu fin de semana) cada conversación, cada segundo esta planificado escuchar el ca-chíng correspondiente.


Impresión 2: Curiosamente, este robotismo esta siempre acompañado por un formalismo oculto en varios "could you possibly..... ", "I do have to insist on this matter..." y otras muchas palabras innecesarias pero que le dan un toque polite a cualquier tema. No se enojan, no se estresan, no se quejan, ni siquiera levantan el tono de voz. Tengo tres teorías frente a esto: la opción A es que yo venía de un trabajo que involucraba mucha gente opinando y muchos pasos para alcanzar el deadline ergo la constante sensación que la energía se me iba en las relaciones públicas. La opción B es que justo estoy en un sector de la empresa donde las cosas fluyen y varios niveles jerárquicos mas arriba si se están teniedno estas discuciones. La opción C es que... bueno.. son robots.  


Dilema: ¿como demonios unifico el estilo corpo-ejecutivo q se demanda de mi con  mi propio look que a mi me gusta llamar aspiracional-vintage-pop pero todos sabemos que es mas un hago-lo-q-puedo-con-colores-llamativos-con-bajo-presupuesto-y-un-particular-desinteres-por-el-shopping?

martes, noviembre 29

Estresazo

Hoy lloré del cansancio. Sí, ya sé que tengo 26 años, pero frente a situaciones que no puedo manejar, gana la frustración expresada a travéz de lágrimas.


Rebobino: hace un par de años encontré la mejor receta para enfrentar el estrés: encarar cada cosa a la vez, paso a paso, concentrándosme en la tarea en mano y olvidándose de los demás temas hasta que sea absolutamente pertinente enfrentarlos. Asi que el otro día, viendo que se me venían semanas ocupadas, me senté a armar mi cronograma de acá a fin de enero que es cuando tengo que entregar los trabajos finales.


Apliqué mi maravillosos sistema. Me armé un esquema mental casi hora por hora de mi foco de atención por los próximos tres meses, pero viendo principalmente como sobrevivir las semanas hasta mi incipiente retorno. 


El problema, claro está, es que empezaron a saltar a la luz varias falacias en mi mecanismo:


- Todo termina llevándote el doble de tiempo de lo que vos esperabas.
- Surgen imprevistos no calculados, como que uno de tus grupos de trabajo es un desastre y tenés que hacer todo el trabajo vos o que en tu trabajo nuevo te exigen ir disfrazada de ejecutiva y tenés que salir en un emergency shopping.
- El plan "me despierto a las 8, estudio hasta la 1, almuerzo y siesta, estudio de 4 a 8, comida y capitulo de mad men, estudio de 10 a 2 de la mañana".... no es sostenible en el tiempo.
- La mera conciencia del hecho de que tenes tus horas cronometradas de aca a fin de enero es suficiente para sacarte toda la energía. Y en vez de concentrarme en una cosa a la vez, tengo varias recordandome a cada instante la infinidad de cosas que tengo que hacer. 


Estas falacias salieron a la luz hoy. Después de haber dormido demasiado poco, fui a la oficina donde trabajé 8 horas seguidas con 20 minutos off para almorzar. De ahí atravesé el subte en hora pico para llegar a la facultad donde el profesor nos trataba de explicar estadística aplicada.Terminé sentada al lado de una ventana abierta, con la media que se me corría, los zapatos que me apretaban y el frío que me azotaba. Tras mi fracaso al intentar cerrarla, interrumpí a toda la clase con un involuntario "Tengo friooooooooooooooo!!!!!!!!!!!!!!!" que me llevó directo a la carcajada... esas carcajadas fuertes, profundas y largas... las que vienen con dos lágrimas incluidas. 


Catártico.


Liberador. 

martes, noviembre 22

El trabajo "soñado"

Situación: joven estudiante argentina viviendo en londres, consciente que hay una crisis mundial y cierto grado de xebofobia en el país, tiene primer día de trabajo. Ha tenido experiencias laborales previas muy blogger-friendly pero poco prometedoras, y ahora, por primera vez desde su expatriación, tiene uno de esos primeros días llenos de promesas por cumplirse y expectativas recién naciendo.


Esta vez era distinto: básicamente, iba a trabajar en una compañía seria, internacional, que le hizo firmar como cuatro contratos y juras de confidencialidad, una empresa dueña de todo el edificio, con vistas a la ciudad, ascensores ultramodernos, laptop propia, abrochadoras y resaltadores y todas esas pavadas que le dan un glamour poco significativo pero atrapante a la vida corporativa.


Asi que entre eso y el detalle no menor que se podía tomar un mes de vacaciones al mes de empezar y que le pagan mas que en tu trabajo anterior, trabajando menos horas, enseguida lo rotuló como el "trabajo soñado".


Claramente, estaba muy bien predispuesta. Y tras el primer día, hay que resaltar que la empresa tiene muy estudiado el manual sobre "como engatuzar al nuevo empleado".


Mi día comenzó en una inducción de cuatro horas con las siete nuevas que empezaban ese día, todas con sus conjuntos pollerita-ejecutiva-blazer-entallado en gris/marrón/negro que, francamente, no entiendo porque los siguen fabricando. Café, bisquits y explicaciones sobre cómo usar la intranet, cómo llenar los ocho formularios que nos mandaron y qué hacer en caso de amenaza de bomba (otro francamente: no entiendo qué le pasa a estas empresas con las amenaza de bomba). Lo mejor de la inducción fue un video de diez minutos que nos contaba los valores, misión y bla bla bla de la empresa en el cual cada dos palabras resaltaban la importancia de sus empelados, como reclutaban sólo a los mejores y cómo aspiraban a ser un imán de talentos. Las seis corpo-women y yo, agradecidas por el mimo al ego.


Para el final de la inducción, era el medio día y salí a almorzar con el equipo, todos buena onda y simpáticos (y alto porcentaje de buen mozos), repitiendo enfáticamente lo contentos que estaban que me una al equipo, que mi labor iba a ser muy importante, que por suerte había podido entrar. Aca voy a hacer una aclaración y decir que la entrevista la tuve hace un mes y medio y buscaban a alguien urgente, A los dos días me llamaron preguntando mis pretenciones salariales y nunca más supe de ellos. ¿Se acuerdan? Yo, que me creo mil pero no tanto, en ese momento asumí que contrataron a otra persona y que no resultó, ergo me termianron llamaron a mi. Ellos perjuran que tuvieron problemas administrativos y están hace un mes y medio peleando por mi. ¿Verdad o no?, no importa, nuevamente, agradecida por el voto de confianza. 


Después de mas explicaciones, información, contraseñas e instrucciones creo que trabajé una hora y se hicieron las cinco y media, hora de partir. Pero antes me junté con el director del equipo (que es igual a Edward Norton) para charlar sobre mi primer día. Una vez más, me repitió su speech del día y me comentó que por ahora estoy hasta marzo, pero le gustaría que quede mas tiempo, cosa que va a pelear en su momento.


No tengo ni idea donde voy a estar en marzo y que voy a querer en ese entonces, sé que me dejo engatuzar por el mundo corporativo y después me saca de quicio, lo conozco lo suficiente como para saber que te dicen lo que querés escuchar y después hacen lo que quieren, sé que aca mis actividades concretas no van a ser particularmente entretenidas. Pero estoy en un equipo que hace cosas interesantes, estoy en una empresa donde puedo aprender y estoy en una posición donde por lo menos puedo considerar oportunidades. 


Veremos que pasa. 


A Grant Thornton les digo, no era necesario tanto show y parafernalia, you had me at hello



PD - sí, sigo siendo Maria (maldito CV), pero esta vez, como voy a estar un tiempito mas, decidí hacer algo al respecto, asi que ahora tengo todo el equipo diciendome "Canda".



jueves, noviembre 17

Countdown

Fue. Empieza el countdown: en menos de un mes estoy en argentina por un mes.


Estoy muy impresionada. No sé si encarar este post haciendo referencia al tiempo y su autoritaria manía de ir mucho mas rápido de lo que estamos preparados a asimilar. Me acuerdo el primer día en Londres y como tenía todo este año por delante y todo lo que eso provocaba en mi....


Quizás eso es más interesante que divagar sobre filosofía barata del tiempo y sus caprichos. Entonces en este post debería volver a mi primer noche en Londres, y hacer un análisis retrospectivo de como veo ahora a la cande de ese entonces.


O podría hacer énfasis en lo feliz que estoy de volver, a pesar de que cuando saqué el pasaje para venirme para aca y la aerolínea me obligó a volver antes del año estaba indignada. No quería desperdiciar días libres en Europa volviéndome a Argentina. Creo que el enojo me duró media hora y enseguida me aferré a ese pasaje de vuelta sabiendo que iba a ser necesario y feliz. Podría aprovechar y hacer una lista de cómo quiero pasar mis días en Argentina: gente que quiero ver, temas que quiero charlar, comidas que quiero degustar, programas que quiero tener. Aunque me rehuso a limitar las posibilidades escribiéndolas.


La otra es escribir un breve resumen de estos diez meses: hacer un análisis de donde estoy hoy: lo contenta que estoy con la facultad, con la responsabilidad social corporativa, con la ciudad con los compañeros, con los viajes, con las visitas, pero.. si mas o menos leen el blog están al tanto. Y me aburre. Y también me aburre detenerme en la cantidad de ensayos y trabajos y compras que tengo que hacer en las próximas semanas.


Si no lo que puedo repetir lo que hice en Cumplemes y aprovechar este post para contar mi mega novedad de como, justa en la semana que en el diario aparecieron notas como esta, a mi me llamaron para lo mas similar al "trabajo soñado" que tuve desde que llegue. 


Pero ya voy a contar mas sobre eso el lunes cuando empiece, entonces no tiene mucho sentido, ¿no?


Hagamos que el post sea nada más y nada menos que para oficializar que en menos de un mes estoy allá!


¡Empieza el countdown!

martes, noviembre 15

Relato Tibus

Con cada nueva visita, descubro una nueva faceta de Londres. Cada uno visita lugares distintos y en cada lugar percibe cosas distintas. Aca, las impresiones de mi querida Tibu, tras su recientes días londinenses.

Inglés, inglesísimo

Londres me pareció interesante, interesantísima. Hago énfasis en la expresión porque la palabra puede sonar a poco y no es la intención. ¿Acaso hay ciudades –capitales- que no lo sean? En fin, pero es que todo lo que conocía de ella me llamaba la atención, por raro, por diferente…
Y es que la había visto tanto en las películas, había leído tanto sobre ella y sobre su historia que creí que no me llamaría la atención. Es más, debo ser sincera y confesar que no me llamaba la atención en absoluto hasta que mi amiga Candus pensó lo contrario y decidió apostarse allí y yo no tuve más alternativa (qué castigo el mío) que visitarla.

Vaya si no serán particulares los ingleses que desde que llegué pude advertir algunas de sus características más resaltantes. Por empezar, un guardia amable amabílismo que me dijo caballerosamente donde podía encontrar el bus que me llevaría a la ciudad. Ahí tienen dos cosas: exceso de amabilidad –que a uno lo hace sospechar- y ese “en Londres somos todos unos caballeros y la hacemos sentir a usted una dama, a pesar de que vista como vista” (pueden imaginar mi pinta de pasada por aeropuertos). 

A propósito de la amabilidad, gracias a una conversación con Candus y su amigo Pablo pude comprender un poco más este tema. Al parecer hay una práctica muy extendida entre los comercios conocida como mystery shopper. Consiste en un consumidor encubierto que después de visitar un local hace una evaluación de la atención y puede derivar en beneficios del comercio y los empleados. Así es que estos están siempre expectantes y a disposición de los clientes. Por momentos me pareció exagerado e intimidante y en un local hasta tuve que aclarar que mi intención sólo era la de tomar un café, pues me hicieron sentir la invitada especial de la casa.

Lo siguiente que vi recién arribada fueron las casas con su interior a la vista de todos. ¿Qué onda? Ya era de noche cuando el bus pasaba por allí y la gente se negaba a cerrar las cortinas. ¿Pero es que presumen de “somos tan correctos que no tenemos nada que ocultar”?.

Después fue llegar y, alegría mediante de encontrar a Candus, no podía creer lo tranquilo de la ciudad a las diez de la noche. Hicimos unas pocas cuadras caminando y eran tan residenciales que yo creía que estábamos lejos lejísimos del centro de todo. Pero me equivocaba, las áreas residenciales se reparten por toda la ciudad y el movimiento se concentra cada tantas manzanas (por lo general alrededor de las estaciones de metro). En lo que no me equivocaba era en sorprenderme con ello de que un restaurante cerrase a esa hora y que un pub lo hiciese poco después, a las 23, y con aviso de campana que sonaba más a un “¡hora de dormir, basta de tomar cerveza!”.

Los días que siguieron ya vi a Londres de día y pude ir conociéndola un poco más, al tiempo que iba encantándome. Pero esta no dejó de sorprenderme hasta el final…

Otros detalles que pueden hablar del movimiento de la ciudad son por ejemplo los semáforos para el cruce de peatones. Algunos de ellos duran literalmente unos treinta segundos en los que sólo piensas “corre o te pisan”. Olvídate de cruzar una esquina transitada charlando, primero está cuidar la vida de uno.
Ello me hizo pensar en la gente mayor, ¿cómo hacen para cruzar? Pero bastó echar una mirada alrededor para no ver viejos. Claro, si la ciudad se mueve a mil y no hay lugar para los débiles. En el metro hay horas también en que la marea humana te aplasta. Me dio mucha pena esta característica pues creía yo que, después de conocer Madrid, las capitales europeas estaban más preparadas en lo que es un “transporte para todos” o “ciudad para todos”.

La cantidad de cámaras, otro tema. Guau, parece mentira, pero a uno lo están mirando todo el tiempo vaya a saber quién. Pero bueno, al menos me hicieron sentir en una película de James Bond y eso era divertido: “no mires a la cámara que pueden descubrirte”.

Los museos gratis también me sorprendieron. Tremendos edificios que albergan siglos de historia de toda la civilización, abiertos para todo el mundo como si nada. Vaya prioridades, el transporte puede ser el más caro del mundo, pero la cultura y la instrucción están al alcance de todos.

Bueno, el artículo se hizo un poco largo y no me dio para escribir sobre tantas otras cosas de Londres: sus ferias, su clima, el río, sus comercios, sus musicales (vimos el de Billy Elliot, excelente), su industria cultural, su limpieza, sus espacios gastronómicos, la realeza, su gente de todas las nacionalidades…. Pero soy sincera al confesar que los temas en los que me enfoqué fueron tal vez los que más llamaron mi atención, al 
menos en un primer y corto vistazo de la ciudad.


Y claro, de más está decir lo bien que me hizo mi dosis de Candus, ¡después de tantos meses de carencia! Asíque gracias amigui por todo, fue increíble!!!



domingo, noviembre 6

Sin-tesis


Nunca escribí una tésis. Este me generaba cierto estrés cuando empecé este curso. Pero tampoco nunca antes había escrito un ensayo académico y con eso tan mal no me fue. Asi que creo que voy a poder. Al menos eso pensaba hasta que tuve que sentarme a definir el tema... Y debo confesar que la primera página de las muchas que voy a tener que escribir me esta volviendo loca.


Quizás el problema es que mas que una en tésis, estoy queriendo armar un plan de accion para solucionar los problemas mundiales. No estoy exagerando. Como prueba de mis ambiciones desmedidas, tengo la reacción de un compañero de clase que me dijo, justamente, "ah... vos querés salvar el mundo". Lez, por su lado, se rió y me dijo "estás abarcando como 5 Phds. Simplificalo."


Será que me tomé lo de María demasiado en serio, pero potenciado por un feminismo que me lleva a no querer traer el Salvador del mundo, sino salvarlo yo misma.


No sólo este idealismo extremo, sino que para colmo quiero indagar en un tema que no vimos en clase, quiero que me sirva como carta de presentación para cuando busque mi trabajo soñado y estoy reticiente a usar los contactos mas fáciles y cercanos.


Yo sé que este deseo magnámino no lo debería decir publicamente porque acarrea varias patologías y falacias de carácter. Las conocedoras de eneagrama van a decir que es una clara manifestación de mi pecado-soberbia o mi tres mas exacerbado que nunca. Las psicologas van a decir que demuestra algun complejo de inferioridad. Ciertas amigas me pueden llegar a recordar una sabia frase que conectaba el querer comerse el mundo con la alta probabilidad de empacharse.


Entonces esto se convirtió en una lucha personal entre mi ego y mi realidad, mi idealismo y mi pragmatismo, mi yo y mi super yo (perdón psicólogas estoy segura que lo estoy aplicando mal).


Asi que, sí, lo sé: una vez más, me estoy atolondrando con más de lo que puedo abarcar. Asi que lo escribo para contarles, para auto-recordarmelo y para que quede en piedra (o en la blogósfera, que es casi lo mismo) que soy consciente de mi ambiciones y limitaciones pero que planeo encontrar la manera de vencer a ambas.