Creo que la primera vez que hablé de hacer un máster afuera fue cuando todavía estaba en la facultad. No sabía nada, sólo que en algún momento me iba a ir. Y con el tiempo empecé a imaginarme cumpliendo ese sueño:
me visualizaba el volando hasta v
Londres, lo que sentiría, lo que pensaría, etc. Pero hasta ahí llegaba mi imaginación, nunca llegué a imaginar mi vida acá.
Y siempre me imaginaba que iba a ser difícil despedirme de mi vida en Buenos Aires (que de hecho lo fue un poco) pero nunca se me ocurrió que quizás iba a ser extrañada acá cuando me vaya.
Y ahora que me estoy yendo, que sé que me voy extrañada y sabiendo que yo tb voy a extrañar, agradezco enormemente a esa gente que ayudó a convertir a Londres en un hogar. Audrey y James, Pablo y Joerí, Mariana, Vicky y Sofi, mi amiga de twitter Malú, y toda esa gente querible y hollywoodense de mi trabajo soñado. Repito, no estaban en mis planes, pero me alegro enormemente que la vida siga superando mi capacidad de imaginación.
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