Entre paréntesis: Dordogne y Loire (Relato Carlitos)

Y por tercera vez en el viaje volví a Francia, ahora a conocer la Dordogne y el valle de Loire... pero esta vez a reencontrarme con Carlitos y Cande. Aquí, el punto de vista de él:

Kundadordogne

La idea surgió hace casi un año , ante el proyecto del la ida de Candelita (así la llamo yo) a Londres y nuestro ultrapostergado viaje a Europa. "¿Me van a venir a visitar, no?" Nos dijo. Y como para que no se deprima, tuvimos que hacer el esfuerzo y allí empezó el proyecto; luego de idas y vueltas en vez de Londres decidimos que el encuentro fuera en Francia, nosotros en nuestros últimos cuatro días de un viaje de 17 y ella últimos 4 de algunos días mas.....

Nos reencontramos en una calurosa  tarde en la Gare de Rocamadour y obviamente la emoción del momento nos dio hambre con lo cual nos fuimos a la vera del rio Dordogne y nos mandamos un picnic de los buenos, poniéndonos al día. El Dordogne es un rio  muy ancho que atraviesa un gran valle muy fértil ; el rio va pegando curvas, rodeado de campos muy verdes sembrados con maíz, mijo o simplemente pastos naturales. Por encima de sus laderas se ven lindísimas casas que se reflejan sobre el rio, dando un paisaje admirable. Tuvimos otro picnic mas en el pueblo de Domme, pero esta vez como en un balcón sobre el rio con una vista imponente. 

Pasamos por Rocamadur, ciudad lindísima enclavada sobre la piedra con una Iglesia en lo alto del Cerro que cuesta entender que fue construida hace 1000 años, hoy sería casi imposible su construcción. Dejamos la Dordogne hacia el Norte, buscando el valle del Loire. Otro paisaje campestre, pero distinta fisonomía: castillos de todo tipo y por todos lados. Parece mentira, a lo largo de la recorrida por Francia, tanta exaltación de riqueza hace que uno entienda claramente por que se produjo la Revolución Francesa.

Chenanceau

 Visitamos cuatro Castillos, todos espectaculares y distintos a la vez : El majestuoso Chenanceau, en el medio de mucha lluvia - que no nos intimidó - con unos jardines, vivero y huerta con miles de colores;  el de Chambord, que tiene una doble escalera fabulosa difícil para describir, van subiendo en paralelo y pareciera que te transporta a una tercera dimensión y cuenta la leyenda que J.J. Abrahams se inspiro en ella para crear series como Lost o Fringe. Pasamos por el Castillo de Blois, que tiene una buenísima parte de la historia francesa, con asesinatos por poder, venganza y religión, además de una arquitectura rara con cuatro estilos distintos y terminamos en el castillo de Amboisse donde, sin saberlo, nos metimos en una capillita lindísima y chiquita, donde está enterrado nada menos que Leonardo da Vinci. Así se fue yendo nuestro viaje que finalizó con angustia, incertidumbre y en abrazos en el Aeropuerto Charles de Gaulle.

huerta de Chenanceaux

Viajar con Cande , además de un placer, fue como volver a casa un poco antes. Porque mientras recorríamos lugares increíbles, volver a las largas charlas sobre el  mundo, la gente, la vida, como cualquier asado en Martindale, a los chistes tontos y obvios de siempre, y que siempre nos provocan risa, volver a tener la alegría de pasarla bien juntos. Por eso, era como estar en casa. Impresiona verla tan madura e independiente, para nosotros fue un verdadero gusto compartirlo y será hasta el próximo encuentro.

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Carlitos y Cande:


No podría estar más de acuerdo. Gracias por la alegría del reencuentro que se extendió a varias semanas previas al encuentro y estoy segura que durará varios meses más. Gracias por llevarme a pasear por ese rinconcito francés, por las ricas comidas, los lindos hoteles, los pueblos pintorescos y los castillos increíbles.  Gracias por malcriarme y ese pequeño trozo de "hogar" que me brindaron esos cuatro días.   Gracias por compartir todo esto conmigo. Y sobre todo (Y Lulù no te pongas celosa)... gracias por tantas risas!

Chambord