Malcriame que me gusta

Una visita de tu madre y tu abuela sin duda garantiza un par de mimos.
Y más todavía cuando tu madre y tu abuela son MI madre y MI abuela.

Y mas cuando mi madre y mi abuela son las dos DOS.

Asi es, tres generaciones de DOSes viajando juntas.. Fue una sucesión de "como vos prefieras", "vení que te ayudo" y "necesitás masajes?". Pero, esta vez, el 90% de las veces, la beneficiada era yo.

Como buena dos, me gusta ayudar a los demás, no tengo drama en hacer lo que los otros prefieren y tengo una buena reputación como masajista oficial. Pero, antes de ser dos, soy malcriada. Y especialmente por mi madre y abuela.

Yo ya sabía que su visita iba a significar comer bien, viajar bien, algún regalito aquí y allá. Pero además fue un ser el centro (que tb me gusta, sin explicación alguna en el eneagrama): ser la mimada, elegir el lugar para comer, darme todos los gustos, que se me perdone si llegaba tarde, que se camine un poco más para que yo conozca un barrio parisino, que se acomoden a mis horarios y hasta - muy a mi pesar - que se me dé una porción completa mientras ellas compartían un plato.

(Qué no se me malinterprete, nunca llegué tarde adrede y me hubiese encantado tener mucho mas tiempo libre para compartir con ustedes).

Por sobre todo, fue un sentirme querida, sentirme cuidada, sentirme extrañada, sentirme acompañada y - sobre todo - sentirme apoyada en este mi proyecto que - puedo llamarlo "sueño de vida" y puedo considerarlo "inversión para el futuro" - pero, al fin y al cabo, no deja de ser mi querido capricho.

Ma y Na:


¡Gracias por tanto y perdón por mis ataques de estrés! Espero su retorno.
Las quiero,


Cande